Yo ya estaba en el duro banco de la parada, aguardando el siguiente 110 para ir a algún lado, donde seguramente tenía algo importante que hacer. Apenas me vio, el perro se puso alerta; casi podría asegurar que hizo una mueca de sorpresa. ... Revisé el color del cielo; Sí, sigue siendo de un amarillo absolutamente anormal, afirmé con satisfacción. Atiné a levantarme, y el perro cambió de faz completamente. Mostró los dientes, se volvió un cerbero, un guardián infernal. ...
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